Después de una semana de felicitaciones y aplausos públicos, la cena familiar servida anoche en la residencia de los príncipes de Asturias para celebrar los 40 años de Felipe cerró una conmemoración que nunca había tenido tanto realce. El Heredero dijo que afronta el cambio de década "en forma, con ganas de trabajar y muy feliz con su familia". Acompañado por su mujer, sus padres, sus hermanas, y amigos, como los hijos de Simeón de Bulgaria, Felipe acabó la jornada escuchando el cumpleaños feliz. Como le había balbuceado al despertarse su hija Leonor. No estaba prevista la asistencia a la cena de la madre de Letizia, Paloma Rocasolano. Por la mañana, el Príncipe agradeció por videoconferencia su labor al contingente español en el Líbano.