Los príncipes de Asturias han creado la Fundación Hesperia con la fortuna que heredaron del inversor menorquín Juan Ignacio Balada Llabrés, que quería que la mitad del dinero se destinara a una entidad que estudiara y apoyara la Monarquía. Tendrá una dotación de cuatro millones. La otra mitad es para ellos y los ocho nietos del Rey.