Ferran Adrià hablaba ayer sobre la reconversión de El Bulli en fundación, esta vez en el Fórum Gastronómico de Santiago, pese a que lo ha explicado en decenas de entrevistas. Al término de la comparecencia parecía afónico, probablemente porque había tenido que levantar la voz entre el granizo que golpeaba el techo del pabellón. Puede que el ruido coincidiese con el momento en el que se le preguntó sobre la prohibición de emplear nitrógeno líquido en los restaurantes italianos: "Es un problema de los italianos. Cuando sea un problema de España ya responderé". El Ministerio de Sanidad berlusconiano quiere eliminar el nitrógeno líquido porque es peligrosa la manipulación.