Para ellos la crisis no existe y la vida sigue siendo de película. Son hijos de famosos que viven a todo trapo y aireando su poderío económico. Muchos de estos vástagos no han pasado del graduado escolar, y los que han llegado a estudiar una carrera la olvidan de fiesta en fiesta, a las que asisten previo pago de un caché. La revista Cuore publica un ranking con los cachorros más populares de la buena vida.

Los tres primeros puestos de la lista se los adjudican tres de los hijos de Carolina de Mónaco. Andrea Casiraghi, muy conocido en las discotecas de Ibiza, que tras pasar por la universidad, trabajó ocho meses en Senegal. Ahora vive en Nueva York con su novia, la multimillonaria Tatiana Santo Domingo. Su hermana Carlota es un calco de la belleza de su madre y solo se le ve en los hipódromos, ya que es jinete. El tercero, Pierre, es adicto a las fiestas. Paris Hilton, otra heredera rica, ha probado suerte como actriz, cantante y modelo. Ahora vive de explotar su apellido. Enrique de Inglaterra, también en la lista, hizo la carrera militar, pero frecuenta más los campos de polo que los cuarteles.

El panorama nacional lo encabeza Paquirrín. El hijo de Isabel Pantoja trabajó en una gestoría y después de hacer un anuncio de muebles probó suerte como monologuista. Ahora se forra haciendo bolos en las discotecas. Tamara Falcó, que estudió Comunicación en EEUU, ejerce de niña pija en saraos y desfiles de moda más elitistas. Por último, Borja Thyssen, un quebradero de cabeza para su madre, Carmen Cervera, que no consigue convencerlo para que trabaje.