George Michael ya respira tranquilo. Tras cumplir cuatro de las ocho semanas en prisión a las que fue condenado por conducir drogado y posesión de cannabis, ayer abandonó la cárcel de Highpoint, en el condado inglés de Suffolk, con una sonrisa que no le cabía en la cara. "Es fantástico estar libre. Hace un bonito día", exclamó a las puertas de su casa, en el norte de Londres, adonde había llegado con su novio, Kenny Goss, que le había ido a recoger a las puertas de la cárcel. El cantante deberá realizar trabajos para la comunidad durante las próximas cuatro semanas. El músico británico ingresó en la cárcel el 14 de septiembre tras empotrar su Range Rover contra una tienda el 4 de julio. El juez no dudó en enviarle a la cárcel y prohibirle conducir durante 5 años.

George Michael, de 47 años, parece arrepentido si se atiende a su proclama de ayer: "Ahora voy a comenzar de nuevo". Más le vale, porque tiene un largo historial de conflictos por sus adicciones. En el 2007, ya le retiraron el carnet durante dos años por conducir drogado.

El músico estaba tan contento que incluso bromeó con la prensa que se había plantado a las puertas de su casa: "Voy a intentar dejar de huir de vosotros". Incluso confesó a los reporteros que el encierro le había inspirado una canción. "Pero no sobre la prisión", precisó. Durante esas cuatro semanas entre rejas, pidió disculpas a los fans a través de su página web, leyó "miles de cartas de apoyo de gente de todo el mundo" y desmintió que recibiera un trato especial por ser una estrella del show business .