"Yo crecí en Liverpool pero me hice mayor en Hamburgo". La frase la dijo John Lennon y resume la relación de la mítica banda con la ciudad portuaria. Entre 1960 y 1962, unos Beatles casi adolescentes pasaron largas temporadas en Hamburgo contratados en distintos clubs. Con actuaciones casi diarias de seis y ocho horas, los de Liverpool tuvieron su mejor escuela --de la música y la vida-- en los sucios locales del barrio Rojo de la ciudad. Casi medio siglo después, solo los más fans son conscientes de la importancia que tuvo aquel periodo en la carrera de la banda. La ciudad ha ignorado durante años el filón que tenía entre manos y ahora parece haber despertado de pronto. Un museo sobre el grupo y guías que recorren cada rincón que pisaron los Beatles son el centro del nuevo fenómeno. "Era obvio que había un hueco de mercado. Solo era cuestión de tiempo que alguien se diera cuenta", dice Stephanie Hempel, pionera en las guías sobre los Beatles. Stephanie lleva cinco años ofreciendo un recorrido muy especial. Empezando por el primer lugar donde vivió la banda --un cuarto sin ventanas en el entonces cine Bambi-- y acabando en la recién estrenada plaza de los Beatles, situada entre las calles Grosse Freiheit y Reeperbahn, donde la banda dio la mayoría de sus conciertos. Stephanie ameniza el recorrido con canciones. Con su uquelele y su voz rota, la joven no ha perdido su fascinación por los cuatro de Liverpool: "Tenía nueve años cuando mi padre me regaló los primeros casetes del grupo. Me pareció que me cambiaban la vida. Me puse a aprender guitarra y a escribirle canciones de amor a John Lennon", cuenta entre risas. Frente al Star Club, donde las Beatles dieron sus últimos conciertos de ese periodo, Stephanie canta Twist and Shoute invita a su grupo a terminar la velada en uno de los bares más frecuentados de la época.

Que había un hueco en el mercado es algo que también piensa Ulf Krüger, uno de los cinco impulsores de Beatlemania, el nuevo museo sobre la banda situado a dos pasos de la plaza de los Beatles y el Star Club. En los 1300 mI de exposición hay objetos de su propiedad y muchas fotos de Astrid Kirchherr, la prometida del quinto Beatle, Stuart Stutcliffe, que llegó con Lennon, McCartney y Harrison a Hamburgo. La exposición refleja la influencia de ambos en la banda: "Astrid pertenecía al grupo llamado Exi, por existencialistas. De ella sacaron el estilo del corte de pelo y el vestuario", explica Krüger.

La muestra es un derroche. Dos millones y medio de euros han convertido el antiguo museo erótico en un decorado de cine interactivo en el que se puede cantar en los estudios de Abbey Road, colarse en la portada del St. Peppers o penetrar en una réplica del yellow submarine . Para este verano hay paquetes de viaje con todas las actividades relacionadas con la banda.