Coco Sumner ya es algo más que la hija de Sting. A sus 19 años, acaba de publicar su sencillo de debut, Caesar , que precede a un álbum que saldrá próximamente. No será el único, pues ha firmado con la discográfica Island Records por cinco más. Todos los que hayan escuchado esta nueva canción, que cuenta con la colaboración de Robyn, icono cool sueco, ya habrán advertido el parecido con la voz del líder de The Police.

Guapa, joven y con éxito, Coco lo tiene todo para ser una celebridad más, pero se describe como una antiestrella. Se va a dormir pronto, lee a Nietzsche y no le gustan las fiestas. Hace dos años se la llegó a relacionar con el polémico Pete Doherty, a quien ayudó en la grabación de su álbum en solitario. Desde entonces, ofrece bolos en pequeños recintos y sus canciones han corrido como la pólvora por la red. En el 2008 protagonizó junto a la modelo Agyness Dein y el hijo de Brian Ferry una campaña en Burberry y hasta ha tenido papeles en el cine.

"OLVIDA A MI PADRE" Sus letras son incisivas. En Caesar abre con la provocativa línea "Quiero molestar. ¡Y lo voy a disfrutar!". Mensaje directo a Island, que le pidió un éxito pop y contratacó con esta pieza para mosquearles. Aunque vista la acogida que ha tenido, la jugada le ha salido algo mal. Y en My name is a stain canta: "Olvida a mi padre, necesitas escuchar a mi banda. Mi nombre es una mancha". Quiere desmarcarse de Sting, pero por su estilo, entre reggae y ochentero, no parece conseguirlo.

El pasado febrero estuvo a punto de compartir cartel en una fiesta con un retorno sonado, el de Hole, banda de Courtney Love. Finalmente, la viuda de Kurt Cobain no llegó al local, así que Coco se convirtió en la estrella de la velada. Antes de despegar del todo en solitario, esta primavera teloneará a otro adalid del revival ochentero, La Roux, en su gira europea.