Cada vez con más frecuencia las puertas de las cárceles parecen la entrada a una gala. Cámaras, cegadoras tormentas de flases, paseíllos dignos de cualquier alfombra roja y preguntas imposibles lanzadas al aire. El último ejemplo se vivió la madrugada de ayer en Lynwood, California, donde está el centro de detención regional Century, la ahora famosa prisión del condado para mujeres donde Paris Hilton ha cumplido 23 días de su sentencia de 45, acortada por buen comportamiento y por la superpoblación de la cárcel.

Pasaban 15 minutos de la medianoche. La heredera del imperio hotelero acababa de pasar por un baño público, donde cambió su uniforme carcelario por un vaquero, una camiseta blanca y una chaquetilla verde. Se había puesto un poco de brillo en los labios y se había recogido su rubia melena. Se despidió de agentes y funcionarios de la cárcel y se lanzó al ruedo.

COMO UNA PASARELA El paseo fue digno de cualquier pasarela. Hilton, cuya serie The simple life, que protagoniza con Nicole Richie, estrenará hoy Antena 3, en el magacín vespertino En antena, caminó para las cámaras. Sonrió y saludó. Conforme se acercaba al todoterreno de sus padres, Kathy y Rick Hilton, aceleró el paso. Pero antes de abrazar a su madre tuvo tiempo para dar la mano al público allí presente.

Durante el día de ayer, Paris estaba en las noticias sin estar. Su presencia física está reservada para la CNN, que se ha llevado una entrevista codiciada. Tendrá lugar hoy en el programa de Larry King, que antes de asegurarse el botín --por el que en teoría no se ha pagado-- tenía previsto entrevistar a Michael Moore.