En la primera semana del juicio que se celebra en Los Angeles contra Anthony Pellicano (foto), conocido como el detective de las estrellas , los nombres de celebridades salpicadas por el caso como Tom Cruise o Farrah Fawcet han aparecido solo de pasada. Se han escuchado acusaciones contra un alto ejecutivo, Brad Grey, pero de momento el testigo más conocido ha sido un comediante de capa caída, Garry Shandling. Pero todo Hollywood sigue aguantando la respiración y sumido en el suspense. Y es que Pellicano, que se enfrenta a cargos que incluyen escuchas ilegales, conspiración y chantaje, puso sus tácticas mafiosas durante dos décadas a disposición de lo más granado de la industria del cine. Se dice que muchos de sus clientes sabían de sus estratagemas.

Desde que un día del 2002 apareció un pescado muerto en el coche de Anita Busch, una periodista del Los Angeles Times que investigaba una historia de posibles extorsiones al actor Steven Seagal, la tensión ha latido en Hollywood. El FBI inició sus pesquisas, estas llevaron hasta Pellicano, hubo redadas y detenciones y las autoridades acabaron presentando un pliego de 110 cargos contra el detective, un antiguo sargento de la policía, un empleado de una compañía telefónica, un asesor informático y un hombre de negocios de Las Vegas. Entre los 127 nombres de potenciales testigos aparecen el del actor Sylvester Stallone y el del superagente Michael Ovitz.