Divorciarse no es plato de buen gusto para nadie y mucho menos vivirlo cuando uno de los protagonistas está en la fase terminal de una larga batalla contra el cáncer. Ese el calvario que atraviesa Dennis Hopper, que a sus 73 años lucha en los tribunales para poner fin a su relación de casi dos décadas con Victoria Duffy, su quinta esposa y madre de una de sus hijas.

El origen del conflicto está, como casi siempre en estos casos, en la herencia del actor y director de Easy rider. El dice que al no poder trabajar desde que cayó enfermo sus ingresos han ido mermando y solamente puede pasar una pensión de 3.700 euros a la actriz canadiense. Ella asegura que Hopper ha vendido en los últimos años parte de su magnífica colección de arte que le ha permitido embolsarse millones de dólares.

SUSPENDIDA LA QUIMIOTERAPIA Los abogados del actor han presentado un escrito en el juzgado en el que aseguran que Hopper ha entrado ya en la fase terminal del cáncer de próstata que le diagnosticaron hace tiempo y que su estado de salud es tan frágil que ya no puede seguir sometiéndose a las sesiones de quimioterapia, por lo que no estaba en condiciones de testificar en el juicio por el divorcio que se celebra en Los Angeles.

En los documentos presentados uno de sus médicos corrobora que el actor está "extremadamente débil", pesa 45 kilos, y es incapaz de mantener conversaciones largas, aunque el doctor David Agus le ha autorizado para que acuda hoy al Paseo de la Fama de Hollywood para recibir su estrella, un acto para el que está confirmada la presencia del protagonista de Apocalipsis Now.

Duffy deseó ayer a Hopper un "día maravilloso" cuando reciba su estrella. "Ha tenido una exitosa carrera y se merece un honor así", aunque en una entrevista en People que sale este fin de semana dice que temió por su vida por las amenazas del actor, quien parece que fumaba marihuana delante de su hija, y que lleva sin hablar con el actor desde el pasado 19 de enero.