El gabinete ministerial ha conseguido reclutar a una de las estrellas más mediáticas del firmamento artístico. Contar con Hugo Silva (Madrid, 1977) para viajar por el tiempo puede contribuir a consolidar una serie a la que el propio actor madrileño era adicto antes de fichar por ella. Como tantos otros fieles de 'El Ministerio del Tiempo' (TVE-1. 22.15), Silva se puso también ‘ministérico’ cuando la magnífica ficción de TVE pendía de un hilo por las dudas de la cadena estatal. Superado el susto, le toca ahora reforzar su juguete favorito.

-¿Veía usted la serie antes de entrar en ella?

-Rotundamente, sí. Yo era 'ministérico' y me hizo mucha ilusión que me llamara Javier Olivares (creador, productor y guionista), pero lo que no me podía imaginar era todo lo que iba a aprender en esta serie. Ha sido maravilloso. Esta ficción no tiene límites, porque cuando juegas con el espacio-tiempo ya puedes ir a cualquier lado, volver, entrar... Y un actor no está acostumbrado a que haya ese pie a la imaginación. De repente, hacer un personaje que vive una época, que está bastante marcado y que tiene que hacer de otros personajes en otras épocas distintas ha sido fantástico y me ha hecho aprender mucho.

-¿Ha sido difícil ese reciclaje?

-No, porque está todo muy bien armado y escrito. Y cuando sucede eso las cosas se ponen en marcha de una forma muy fluida.

-¿Qué le llamaba más la atención cuando la veía como espectador?

-Pues precisamente esa libertad en lo intemporal, que me gustaba mucho. Pero lo que más me atraía de la serie al verla era el sentido del humor, el punto de vista crítico del país: la ironía y el cariño con el que se trataba a España, a los españoles y a su historia. Esa es una nueva forma de mirarnos a nosotros mismos que no está nada mal: que nos contemplemos, nos critiquemos y nos ríamos de nosotros mismos. Que lo pasemos bien con nuestra historia.

-¿Cómo se gestó su participación en la serie?

-De una forma muy sencilla. Me llamó Javier, me dibujó el personaje y luego ya se negoció. Miramos fechas y entré.

-No pasó 'casting', entonces…

-No. Javier me dijo que el personaje estaba un poco pensado para mí. Es cierto que el punto de partida del personaje tiene mucho que ver con cómo yo me he criado. Soy de un barrio de las afueras de Madrid en el que la banda sonora eran Los Chunguitos y Los Chichos. Yo soy de 1977 y digamos que toda aquella época 'ochentera' la he vivido, aunque fuera pequeño. Y me gusta mucho, porque el arranque de mi personaje es un pequeño homenaje a mi infancia y a mis orígenes.

-¿Para que utilizaría usted el 'Ministerio del Tiempo'?

-Para volver a un día de fiesta, a un fin de semana de los años 80: vivir la movida en Madrid viendo a todos los grupos musicales, entrando en todos los garitos y disfrutando de esa época que me supuso una explosión cultural y social.

-¿Y a qué época no iría?

-Iría a todos los lados. Si me dijeran tienes que ir a esta época y a ninguna otra, iría igual. Si tuviera esa oportunidad, no me perdería ningún momento de la historia.

-¿Viajaría también a la guerra civil española?

-También iría.

-¿Y al frente de batalla también?

-(Ríe) Hombre, al frente no iría ni a la guerra civil ni a Siria. Obviamente, como la mayoría de la gente. Pero esa es una buena pregunta, porque de lo que me he dado cuenta es de por qué somos así los españoles, del origen de nuestra idiosincrasia, de por qué España es tan distinta al resto de países. Y la guerra tiene mucho que ver. Ha marcado mucho y sigue marcando. Ya no estoy hablando de si la memoria histórica es necesaria o no, porque no hace falta plantearse ese debate. Somos lo que somos y actuamos como actuamos, porque venimos de una historia muy convulsa y muy distinta al resto de Europa y de África. Porque estamos justo ahí en medio. Me parece muy interesante revisar nuestra historia.

-¿En qué cosas concretas nos ha marcado la Guerra Civil?

-No hace falta precisar: solo hay que abrir un periódico de hoy.

-¿Se refiere a los problemas para que los partidos pacten la formación de un Gobierno?

-Por ejemplo. Habría que mirar lo que pasó en este país hace 80 años y la posguerra que tuvimos, con una dictadura muy larga.

-Hace poco un conocido periodista radiofónico decía que si entraran «los otros» a gobernar él se iría a Somalia. ¿Es ese un ejemplo de lo que usted acaba de decir?

-Lo que no entiendo es el concepto de «los otros» y el concepto de «Somalia». No entiendo a Carlos Herrera ni lo suelo entender.

-¿Entrar en una serie tan alabada por la crítica le facilita el trabajo o supone un reto para Hugo Silva?

-Es que no piensas en eso. Cuando estás en el día a día del rodaje estás a lo que estás y no piensas en la trascendencia que pueda tener. Lo que quieres es que tu personaje encaje con la historia que estás contando justo el día que estás rodando esa secuencia.

-¿Cómo vivió un 'ministérico' como usted aquellos momentos de incertidumbre en que no se sabía si iba a continuar la serie?

-Con mucha tristeza. Me hubiera dado muchísima pena que una ficción tan moderna y tan nuestra y con tanta calidad e imaginación se cayera. Y más ahora a toro pasado que he acabado entrando en ella.

-¿Cree que es la primera serie salvada por las redes sociales?

-Sí, totalmente. Es una serie de la gente. La prensa también influyó.

-¿Siente elgo especial en esta serie que no se experimenta en otras?

-No se puede decir que sea mejor ni peor, pero la verdad es que solo el hecho de ser una ficción que juega distinto con el espacio-tiempo ya marca todo. Un día puedes hacer una cosa y al día siguiente otra. Las pruebas de vestuario son continuas, porque en un capítulo vas del siglo XVI y en otro vas de los años 20. Es como meter varios géneros en una misma serie. Hay una libertad imaginativa que no existe en ninguna otra ficción. Esta serie es mítica, porque es única.

-¿Cómo es su personaje?

-Es un policía infiltrado de 1981, que ya marca mucho la profesión y la época. Ese agente descubre el Ministerio y eso le compromete y le obliga a colaborar con él en varias misiones. Es muy divertido, porque es un tipo que tiene que hacer varios personajes y moverse en distintas épocas, lo que da pie a innumerables situaciones, incluso cómicas.

-Se llama Pacino por el famoso actor, ¿no?

-Es por la película 'Serpico', pero no puedo adelantar más porque prefiero que lo descubra el espectador.

-¿Le cae bien su personaje?

-Mucho. Me encanta, porque es un tipo que al principio puede parecer que no es de fiar, pero no es así. Tiene un código de honor que es precisamente lo que le salva. Tiene una falta y una obsesión que es la figura del padre. Y luego es un tipo que tiene un punto de vista muy 'ochentero' de las cosas, lo que da pie a muchas situaciones de comedia.

-¿Tiene cabida en otras temporadas posteriores?

-Sí, ojalá. Yo encantado. No he puesto ningún límite. Creo que empezará a pasar eso con más personajes, que van a empezar a colaborar con el Ministerio. Aunque el mío participa también en las patrullas, y eso es un paso más. Mi personaje es abierto y estoy encantado de participar en muchos capítulos de esta serie.

-¿En qué más cosas anda metido?

-El otro día grabé para 'Web therapy', con Eva Hache, en el nuevo canal #0. Lo pasé estupendamente. He acabado de rodar una película en Argentina que se llama 'Hilo rojo' con grandes figuras de allí, como China Suárez y Benjamín Vicuña. Luego creo que volveré a Argentina a rodar otro filme, pero esto es una sorpresa.

-¿Qué le parece este nuevo canal #0 que sustituye a Canal+?

-Creo que en este momento lo que se necesitan son plataformas para la ficción, que es a lo que me dedico. Por eso estoy encantado de tener otro campo abierto. Hay mucha gente trabajando en esta televisión que lleva mucho tiempo en esto y con la que estamos muy conectados. Es una oportunidad fantástica.

-Además, ya sabrá que han anunciado que van a potenciar las ficciones de producción propia...

- Eso es muy interesante en lo artístico, porque se suele trabajar con un poquito más de libertad. Además, ahora con Movistar+, Netflix y demás han surgido muchos nuevos proyectos y eso es fantástico para una profesión que tiene un 70% de paro. Viene de maravilla. Además, da pie a que distintos artistas que a lo mejor no tienen tantas oportunidades la tengan para trabajar y creemos entre todos una gran industria.