No incluir a mujeres y niñas en un catálogo puede salirle caro a Ikea. La sede de la empresa sueca en Israel difundió en 2017 el clásico ejemplar donde mostrar todos sus productos pero de forma específica para la comunidad judía ultraortodoxa en este país.

Según el periódico israelí Haaretz, esta exclusión ha llevado a una demanda por discriminación de género al considerar el catálogo "sexista" y que ha sido presentada por Hannah Katsman, una mujer que lo recibió en casa junto al Centro de Acción Religiosa.

En las fotografías del catálogo se ve siempre a hombres y niños en un contexto familiar, incluyendo imágenes de estos padres haciendo tareas en el hogar. En la demanda, se explica que esto manda el mensaje de que las mujeres no tienen ningún valor "y hay algo malo con su presencia".

"Parece que hay algo malo con las mujeres, incluso en el espacio familiar", asegura esta demanda, que si sale adelante exige una compensación de unos 300 euros por cada mujer representada, siendo 10.000 las mujeres ultraortodoxas que se estiman perjudicadas.

Este tipo de demandas han aumentado en los últimos tiempos con la toma de conciencia de una rama feminista dentro de esta religión. En 2018, una demanda colectiva ganó a una radio que se negó a contar con mujeres.

"Lo convencional es que las mujeres están bien siendo excluidas, pero es un mito completo", explicó a Haaretz la directora del Centro de Acción Religiosa. Ikea, por su parte, pidió disculpas por la publicación.