La infanta Sofía de Todos los Santos, segunda hija de los príncipes de Asturias y octava nieta de los Reyes, fue bautizada ayer en los jardines del palacio de la Zarzuela en una ceremonia en la que su vivaracha hermana Leonor volvió a ser el centro de atención y a la que asistieron representantes de las altas instituciones del Estado. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa, causaron baja por encontrarse de viaje oficial en México. Tranquila, bien despierta y sin llorar, la pequeña estuvo atenta a la ceremonia en los brazos de su madre.

Sofía --que se porta "un poquito peor" que Leonor, según comentó Letizia-- recibió las aguas del Jordán vistiendo el mismo traje de cristianar que utilizaron su abuelo el Rey, sus tías, su padre y su hermana. La ceremonia estuvo oficiada por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y ejercieron de padrinos la madre de la Princesa, Paloma Rocasolano, y Kostantin de Bulgaria (hijo de Simeón).

El bautizo, que comenzó a las 19.50 horas tras el saludo oficial y la sesión fotográfica, reunió a la familia real al completo, los padres de Letizia y una amplia representación de las altas instituciones del Estado, así como el personal médico que atendió a Letizia en el parto, encabezado por el doctor Luis Recasens. En la sesión de fotos, Letizia llamó la atención a los periodistas sobre los ojos azules de su segunda hija: "¡Fijaos qué ojos tiene!", dijo orgullosa. La de ayer era la segunda aparición de la infanta desde su salida de la clínica, a los pocos días de nacer.

La infanta Sofía fue bautizada con dos meses y medio de vida, la misma edad con la que lo hizo su hermana el 14 de enero del 2006. Cambia, eso sí, el lugar donde la segunda hija de los Príncipes recibió el sacramento. La infanta Leonor fue bautizada en el vestíbulo de la residencia de los Reyes, como ocurrió con el príncipe de Asturias y las infantas Elena y Cristina. En esta ocasión, y debido a que el verano lo permite, la infanta Sofía recibió las aguas traídas del río Jordán por los monjes agustinos en los jardines del palacio de la Zarzuela.

Del mismo modo que se hizo en los bautizos de los tres hijos de los Reyes y de la infanta Leonor, se usó la pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán.