El coste de la investigación sobre la muerte de Diana de Gales supera ya los seis millones de libras (unos 7,9 millones de euros), según datos divulgados hoy por el juez a cargo de la pesquisa judicial, Lord Scott Baker. El proceso judicial que se sigue en el Tribunal Superior de Londres alcanza 2,4 millones de libras (unos 3,1 millones de euros), mientras que la pesquisa policial sobre la muerte de lady Di se situó en 3,7 millones de libras (unos 4,8 millones de euros).

La investigación judicial, que empezó el pasado octubre, trata de esclarecer definitivamente la muerte de la princesa, ocurrida el 31 de agosto de 1997 cuando el Mercedes en el que viajaba se estrelló contra una columna del túnel por debajo del puente El Alma en París. La pesquisa de la Policía británica, que estuvo a cargo del ex comisario de Scotland Yard Lord Stevens, concluyó en el 2006 que Diana y su novio Dodi Al Fayed murieron en un "accidente trágico".

De acuerdo con los gastos divulgados hoy, que correrán a cargo del contribuyente británico, el trabajo de los abogados fue el más alto, puesto que superó el millón de libras, pero también fue importante el coste correspondiente a las videoconferencias. El gasto por el uso de estas conferencias se situaron en 370.000 libras (unos 488.400 euros) ya que algunos testigos prestaron declaración desde Francia, Estados Unidos y Nigeria.

En estos aportes no están incluidos los de Mohammed Al Fayed, padre de Dodi, puesto que ha costeado (cifras no reveladas) tres equipos legales para defender su argumento de que su hijo y Diana fueron víctimas de una conspiración de los servicios secretos británicos para impedir que la pareja pudiera casarse. Mientras, Lord Fellowes, ex secretario privado de la reina Isabel II, espera prestar hoy declaración en el Tribunal Superior.

En la vista de ayer, el que fuera embajador británico en París en agosto de 1997, Michael Jay, negó que el trágico accidente de tráfico se debiera a una conspiración de los servicios secretos. Jay, que declaró como testigo, confirmó, no obstante, que había un equipo del MI6 (servicio de espionaje británico en el exterior) en la Embajada del Reino Unido en París, así como un representante del MI5 (servicio de espionaje británico en el interior del país).

Según el ex embajador, ese personal de inteligencia hacía labores de "enlace" con las autoridades francesas en materia de antiterrorista, de lucha contra el tráfico de drogas y cuestiones de seguridad o política exterior.