Pompa, boato y una tradición que se remonta a 1748. La monarquía británica hizo ayer su despliegue más espectacular y turístico de la temporada con el Trooping the colour , la ceremonia que celebra oficialmente el cumpleaños de la reina Isabel II.

Bajo un sol radiante, decenas de miles de espectadores presenciaron en la avenida de The Mall, que conduce al Palacio de Buckingham, el suntuoso desfile de carrozas reales, acompañadas por 300 jinetes a caballo y otros 1.100 soldados de distintos regimientos. La soberana, que cumplió 83 años el 21 de abril, se desplazó a su residencia londinense en un carruaje de época descubierto con su marido, el duque de Edimburgo. El príncipe Guillermo, con uniforme de la Royal Air Force y su hermano Enrique, que llevaba el del regimiento de los Blues and Royals, iban en otra carroza junto a Camila, duquesa de Cornualles. El príncipe Carlos desfiló a caballo, como coronel de los Guardias de Gales. La familia real acabó reunida en el balcón de palacio (en la imagen, la soberana, en el centro, junto al resto de la familia real), mientras aviones dibujaban estelas tricolores en el cielo.