Madrid sigue siendo para Javier Bardem su hogar, "el mundo real", a diferencia de Hollywood, pero el actor español, premiado este año con el Óscar, se siente criticado en casa, por una parte, y tratado como si fuera "un chico dorado", por otra, según confiesa al New York Times.

En una entrevista con la revista de moda del rotativo, "T magazine", Bardem comenta que "los españoles son duros. Critican mi trabajo y dicen que me he vendido. Quieres decirles: ¡dejadlo! sois una panda de tontos!". "No, nunca vas a gustar a todos -continúa.- Después de los Óscar volví a Madrid, donde resido. Quería volver al mundo real. Después de algo como los premios, has cambiado un poco, pero todos a tu alrededor han cambiado enormemente".

"Tienes que recuperarlos", explica. "Tienes que demostrar que eres el mismo tipo tonto, limitado, que antes y no alguna especie de chico dorado". La fama no le ha afectado la vida demasiado. "Puedo ponerme un sombrero y gafas de sol y pasar por doquier", dice.

Sin embargo, le hacen preguntas "que invaden la intimidad. No entiendo por qué la gente necesita saber detalles personales de las vidas de otras personas,- se queja.- Está fuera de control. Para muchos, la prensa ahora es el enemigo." Bardem confiesa haber disfrutado mucho del papel que le mereció el Óscar, el del malvado Chigurh en "No es país para viejos", y añade que también le dio la ocasión de aprender de conducir un automóvil y de mejorar su inglés. "Mientras hacía de Chigurh mejoró mi inglés hasta el punto de que soñaba en inglés", asegura.

En un vídeo en la edición digital de la revista afirma que al término del rodaje de "No es país para viejos", "estaba hablando perfectamente (en inglés), y bromea: "podía haber acudido a la embajada de Estados Unidos y conseguido la tarjeta verde (permiso de residencia y trabajo)".

Bardem descarta desempañar más papales de "malones", a la vez que niega que Chigurh fuese malo. "No te tienen que gustar los personajes que representas, pero tienes que entenderlos y defenderlos", opina, y cita a Victoria Abril: "los actores somos abogados de nuestros personajes, tenemos que defenderlos".

Bardem, que interpreta a un pintor en su última película "Vicky Cristina Barcelona", estudió pintura cuando tenía entre 19 y 23 años, recuerda. Sigue pintando todavía, pero, confiesa, "ahora pinto muy en secreto".