El actor Javier Bardem, protagonista del filme Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, se pasó la semana pasada dando explicaciones sobre el malentendido que hizo que el periódico norteamericano The New York Times publicara unas supuestas críticas suyas al público español. Quizá por eso el sábado, cuando vino a presentar la película a la ciudad que la vio gestarse, no quiso responder a las preguntas sobre el tema. Pero, según parece, el hastío del actor sobre el tema era solo momentáneo. O quizá su largo silencio a la luz del día se debiera a que se estaba guardando la munición para dispararla por la noche, en la proyección de la película, a la que asistieron más de 1.500 personas.

En el speech previo a la proyección del filme, Bardem aseguró, bromeando, que el éxito de la película residía, sobre todo, en su interpretación. El actor prosiguió diciendo que su colaboración en el filme serviría para que la España "estúpida" que tanto le odia y a la que él tanto ama pudiera seguir criticándole. Palabras que el público aplaudió.

SUEÑO CUMPLIDO Los protagonistas y el director de la película --que, por la tarde, y como ya hizo el viernes, se había vuelto a escapar a la Casa Fusté para tocar jazz mientras su esposa, Soon-Yi, se iba de compras-- habían llegado una hora tarde a la alfombra roja, pero supieron contrarrestar su tardanza premiando con autógrafos y saludos a las 200 personas que se habían acercado. Penélope Cruz, radiante, tranquila, y enfundada en un ceñido vestido negro hasta los pies, y Woody Allen cruzaron la alfombra roja cogidos de la mano, mientras que Bardem les seguía a cierta distancia. Faltaban dos de las protagonistas del filme, Rebecca Hall y la exhuberante Scarlett Johansson.

El pase del sábado por la noche culminó una historia de amor de Allen con la ciudad, o quizá de la ciudad con Allen, según se mire. Entre los asistentes al acto estaban el presidente catalán José Montilla, que felicitó a Allen por el filme; la ministra de Defensa, Carme Chacón; el expresident Pasqual Maragall, que fue aplaudido al desfilar por la alfombra e intercambió unas palabras con Allen; el diseñador Javier Mariscal; la madre del protagonista, Pilar Bardem, y Carles Sans y Joan Gràcia, de El Tricicle, entre otras figuras.

Bardem, Cruz, Allen y su esposa, Soon-Yi, se fueron a cenar a la Barceloneta mientras se proyectaba el filme. Justo al acabar el pase empezó el cóctel, en el que actuaron Giulia y los Tellarini, autores de dos de las canciones del filme.