¿Puede el capitán de la selección inglesa de fútbol seguir en el puesto tras haber traicionado a un compañero de juego, acostándose con su novia? La pregunta divide a los ingleses. Con el Mundial de fútbol a pocos meses vista, los últimos saltos de cama de John Terry le pueden dejar sin los galones. El defensa del Chelsea, casado y padre de dos gemelos de corta edad, está envuelto en un escándalo al descubrirse su relación con la novia de su amigo y excompañero de equipo, Wayne Bridge. El idilio con Vanessa Perroncel, una modelo francesa de lencería, ha saltado a la prensa, a pesar de que Terry recurrió a los jueces para impedirlo, invocando la legislación de derechos humanos. Pero el magistrado Michael Tugenthat estimó que, en este caso, la libertad de expresión estaba por encima de los intereses del jugador.

Aun a sabiendas de su fama de gran mujeriego, la traición a un compañero ha sido mal aceptada por la afición. "Donde quiera que vayas no dejes a tu mujer con Terry", cantaban el fin de semana en las gradas los hinchas del Chelsea.