El último golpe neuronal de José Mourinho tuvo como protago-nista indirecto a su hijo. José, un chaval de 10 años, fue la persona elegida por el entre-nador del Real Madrid para celebrar la trabajada victoria de su equipo ante el Villarreal. A papá Mou no se le ocurrió otra cosa que situarse frente al banquillo rival para brindarle el triunfo a su hijo, situado en la grada. Una acción reprobada por parte del equipo de Castellón. Le faltó decir aquello tan famoso de Belén Esteban: "Yo, por mi hijo, mato". No lo hizo, pero el técnico portugués juró, precisamente por su hijo, que la dedicatoria tras el cuarto gol del Madrid iba para él: "Soy un padre loco por él".

El chico, que juega de portero en el Canillas, suele acompañar a su padre en algunos entrenamientos del primer equipo en Valdebebas. Comparte equipo con Theo Zidane, el hijo de Zinedine Zidane, que también juega de portero, y con Ronald, el hijo de Ronaldo Nazario da Lima.

"Todo lo que hago es negativo", se quejó Mou, que ayer fue nombrado el mejor entrenador del 2010.