El festival de Sitges de Barcelona, como buen punto de encuentro de los fans más irredentos del cine fantástico, suele ser escenario de auténticas bacanales del terror, con alaridos, aullidos y chillidos a mansalva. Nada comparable, sin embargo, con el griterío ensordecedor de las casi 2.000 fans de la saga Crepúsculo que ayer acudieron a Sitges para ver de cerca a uno de sus ídolos, el actor Kellan Lutz, que interpreta al macizo vampiro Emmett Cullen, y que visitó el festival a promocionar el DVD de Eclipse . Fue la locura, con hordas de fans al borde del éxtasis, mientras Lutz les regalaba autógrafos, fotos y sonrisas. "Gracias, chicas, sois muy bonitas", dijo el actor, moreno en la película, pero rubio al natural.

Un considerable número de chicas llevaban desde el jueves acampadas a las puertas del Auditorio de Sitges con el propósito de ser las primeras en ver de cerca a su ídolo. "Me encanta Kellan como actor y Emmett como personaje. He dormido aquí en el suelo tapada solo con una manta, no quería quedarme fuera", explicaba Nieves, de Madrid. A su lado, María, de Barcelona, asentía y revelaba al oído del periodista, con aire de emocionante secreto, que Kellan salió anoche del hotel para hacer jogging . "Pero es que... ¡salió sin camiseta! Y nos vio y se sorprendió y nos dijo que qué hacíamos allí". No hizo noche en la calle, pero la señora Rossenda, de Barcelona, estuvo haciendo guardia desde las siete de la mañana con su hija, su nieta y una amiga de su nieta. "Es que mis amigas ya no están para estos trotes. Nos gustan mucho estos vampiros, ¿sabes? Les seguimos a todas partes. Hemos ido hasta a Madrid a verlos".

IMAGEN DE ROPA INTERIOR Lutz es imagen de la línea de ropa interior de Calvin Klein, lo que explica que entre la multitud menudearan las fotos del actor en calzoncillos. Las menos osadas portaban libros de la saga o DVD o recortes de revistas juveniles, con el objetivo de que les firmara algún autógrafo. El tipo, ciertamente, es un profesional de primera de este tipo de contacto con los fans, y estuvo más de media hora sin escatimar sonrisas, firmas y fotografías. Cada acercamiento de Lutz al grupo de fans era acompañado de un frenesí, de una enajenación que realmente intimidaba. "¡Tío bueno, macizo, tu culo me hipnotiza!", gritó, con contundencia teenager , un grupo de pizpiretas, casi descocadas, adolescentes.

Lutz explicó a sus fans cómplices secretos, como que no le gusta leer. "No sabía ni que existían esos libros, pero leí los guiones y me encantó la historia".