Patricia Avendaño trajo con su desfile los dos platos fuertes a la Barcelona Bridal Week. En una semana vestida de blanco y marfil, la diseñadora viguesa llenó la pasarela de tonos ácidos y trajo a una supertop, Karolina Kurkova. La top checa, de 23 años, deslumbró sobre la Pasarela Gaudí en su penúltimo día con sus curvas y su sonrisa, y eclipsó al resto de compañeras. Pero el show también ayudó a convertirla en la única protagonista.

Kurkova, que abrió y cerró el desfile, tuvo reservados los mejores momentos musicales y sus tres apariciones se llevaron los únicos aplausos. Hija de un jugador de baloncesto, paseó sus 180 centímetros de estatura y sus largas piernas con dos trajes de novia y uno de fiesta.

La modelo rompió el hielo con un vestido bordado en hilo de plata y cristales de Swarosky adornado con un broche de oro blanco, brillantes y perlas. A partir de ahí, las propuestas de Avendaño desfilaron ante las decenas de medios congregados para captar una instantánea de la checa. Al ritmo de pop-rock y música gótica las modelos pasaron trajes de fiesta naranjas, verdes y rojos. Sedas naturales, gasas y bordados. Topos y volantes. Y tras esa invasión de color en la semana de moda nupcial, los marfiles y dorados vestidos de novia devolvieron a la pasarela el tono habitual.

El pase acabó con Kurkovay Avendaño abriéndose paso en el pasillo que formaron el resto de modelos, aunque la checa reconoció el mérito de sus colegas. Y ya entre bambalinas, aseguró que el día de su boda está lejos y lo describió así: "Será muy simple, con buena música y buena comida".