Cuando muchos daban por hecho que no volveríamos a ver a las pequeñas Leonor y Sofía hasta el próximo mes de agosto en la Copa de Vela que lleva el nombre de su abuelo, el Rey, las hijas de Felipe y Letizia volvieron ayer a convertirse en las rosas de Mallorca, el color preferido por su madre para ellas que, por cierto, coincidía con el tono del traje que lució la Reina. Letizia eligió para la ocasión una gabardina corta gris, un pantalón azul marino y unos altísimos tacones azules. El Príncipe, como su padre, iba en tonos azules y grises. La puesta en escena de parte de la Familia Real fue en un acto tradicional en estas fechas, la misa del Domingo de Resurrección, celebrada en la catedral de Palma. En la eucaristía se pudo ver a los abuelos reales compartiendo banco con las niñas y sus padres. Después, a la salida, Sofía dedicó toda clase de carantoñas a sus nietas.