Durante la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias, triunfó la sobriedad. Con la música de Two ayres for cornetts and sagbuts , del compositor británico John Adson, el teatro Campoamor de Oviedo acogió ayer por la tarde a los galardonados e invitados. Ellas, con modelos de cortes sobrios y elegantes con trajes sastre, vestidos y capelinas en tonalidades neutras como grises antracita, marinos y negroS. Ellos, uniformados de oscuro, camisa blanca y corbata granate, gris y en tonos azulados a juego con la alfombra azul del fastuoso escenario.

Poco después, la reina Sofía y los Príncipes hacen su entrada. La soberana en su estilo habitual, completamente de burdeos, con vestido y chaqueta brocada complementada con un broche de oro y un par de collares de perlas grises.

Y mientras suena el himno nacional interpretado por la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, todas las miradas apuntan hacia Letizia, que para la ocasión ha acertado con una coleta, un maquillaje casi invisible y un look años 50 con vestido de seda, estilo lady de finales de los años 50. Este diseño de Felipe Varela, con ligeros destellos en azabache, combinaba con un minibolso en raso. Y cómo no, el tacón no faltó, solo que esta vez de menor tamaño que en otras ocasiones. Durante su estancia en Oviedo, la princesa Letizia ha recuperado su estilo neoclásico. Ayer por la mañana escogió un vestido gris entallado y drapeado con un volante longitudinal y zapatos de tacón a juego.

En el acto también destacó la presencia de tres ministras, la responsable de la cartera de Cultura, Angeles González-Sinde, que optó por dos piezas de Modesto Lomba, diseñador y presidente de Creadores de Moda de España; Cristina Garmendia, de Ciencia e Innovación, que lucía un traje en azul tinta; y la nueva ministra de Sanidad, Leire Pajín, que iba con una sencilla camisola de topos.