Lindsay Lohan ha vuelto a vérselas con la policía dos semanas después de salir de rehabilitación luciendo una tobillera antialcohol. La actriz fue arrestada por conducir ebria la madrugada del martes, así que ahora añadirá un problema más a los cargos por estamparse contra un bordillo en mayo con su Mercedes, incidente por el que se personó ella voluntariamente en la policía. Esta vez la detención se produjo cerca de la comisaría de Santa Mónica, donde los ocupantes de un vehículo negro llamaron para decir que estaban siendo seguidos por un coche blanco. Cuando los agentes se acercaron, reconocieron a Lohan, quien se sometió al control de alcoholemia. Además, encontraron cocaína en su pantalón. Quedó en libertad tras pagar una fianza.