Guy Ritchie camina por la cuerda floja. A punto de cumplir 40 años, su matrimonio y su carrera cinematográfica bordean el precipicio. Hace unos días trataba de disipar los rumores de hecatombe conyugal con una fiesta de cumpleaños fastuosa para su esposa, Madonna. Ayer, la cantante cruzó con su marido la alfombra roja en Londres para animar el estreno de RocknRolla, el último filme de su marido.

El director contó, una vez más, con la más extraordinaria maquinaria publicitaria, pero aún así su futuro profesional sigue en el aire. Después de dos estruendosos fracasos consecutivos, Ritchie se la juega con otra aventura de gánsteres, la cuarta, en una carrera con un total de cinco filmes. La única vez que abandonó el tema de los bajos fondos para rodar Swept Away, con su famosa esposa como protagonista, la experiencia fue tan bochornosa que la producción no llegó a las salas comerciales.

Aquel fiasco parecía insuperable, hasta que se estrenó su siguiente trabajo, Revolver, y que "hacía que Swept Away pareciera Ciudadano Kane ", señaló un incisivo crítico cinematográfico tras visionar la obra de Ritchie.

Otro cualquiera no habría levantado cabeza, ni encontrado nuevamente financiación. Pero Ritchie, evidentemente, disfruta de privilegios especiales. RocknRolla está en su línea habitual y trata de la problemática de la especulación inmobiliaria en Londres, con la pugna entre criminales de la vieja escuela y los nuevos competidores llegados de los países del Este. Un veterano jefe del hampa, Jenny Cole (papel que interpreta Tom Wilkinson), se enfrenta en los negocios con el multimillonario ruso Uri Obomavich (Karen Strong).

PARECIDO CON ABRAMOVICH Ritchie no se anda con muchas sutilezas cuando presenta a Obomavich haciendo sus negocios en un estadio de fútbol, que resulta ser el de Wembley, aunque podía ser el del Chelsea. Resulta difícil no tener la imagen de Roman Abramovich, propietario del Chelsea, en la retina. "¿Algún parecido con Roman Abramovich?", le preguntaron durante una conferencia de prensa que ofreció ayer. "No", se limitó a responder el director de una aventura sin sexo, ni sangre, a pesar de la propaganda. "¿Y qué piensa de Abramovich?", insistió el periodista. "Que es un gran tipo". "Me gustan los rusos, son una buena influencia", respondió burlón Ritchie.

Además de mafiosos, en el filme hay una chica ambiciosa (Thandie Newton) y un rockero heroinómano que recuerda al polémico cantante del grupo Babyshambles, Pete Dotherty. "He querido reflejar la Inglaterra contemporánea, la evolución de los últimos 20 años", afirmó Ritchie, que además de ser el director de la película, ha escrito el guión y ha participado en la producción.

Sin llegar a ser tan mala como Revolver, RocknRolla no está a la altura de su primer éxito cinematográfico, Lock, Stock and Two Smoking Barrels. Aquella fue una película muy cool. Ahora, tal y como se ha encargado de recordar otra voz crítica, "sus gánsteres parecen de plástico".