Madonna volvió a mostrar su faceta más provocadora la noche del martes en la sala Olympia de París, donde ofreció un concierto para presentar su último disco, Hard Candy. La reina del pop besó en la boca a una admiradora que subió al escenario, provocando el delirio del público. El gesto recordó a la escena lésbica que ya protagonizó la cantante con Britney Spears y Christina Aguilera durante la gala de los premios de la MTV en el 2003.

Madonna, una tierna mamá fuera de los escenarios, se transforma en cada actuación y sabe arrancar los aplausos de sus miles de seguidores. Las 1.500 personas que siguieron el concierto en París alucinaron con la escena lésbica y con la puesta en escena del espectáculo. La ambición rubia apareció en el escenario vestida con un pantalón y un chaqué negro y botas altas con cordones, subida a un trono y esgrimiendo una varita mágica.

La cantante arrasó en París y, pese a las críticas poco entusiastas que ha recibido su disco, el álbum ya es superventas.