La edición número 60 del Festival de San Remo, el espectáculo musical, televisivo y discográfico, ha batido este año su récord de audiencia, 10 millones de personas, en la cadena RAI Uno. "Todo el mundo lo odia, pero todo el mundo lo ve", suele decirse del certamen.

Como San Remo no es nada sin sus escándalos, el de este año está protagonizado por el príncipe Manuel Filiberto de Saboya, nieto del último rey de Italia y habitual de la prensa del corazón. El príncipe participó en San Remo con la balada Italia, amore mio, en la que asegura sufrir "por los que tienen poco o nada". El público abucheó con fuerza la programática canción en la que el príncipe menciona cuánto deseaba desde el exilio (en el que estuvo hasta el 2002) abrazar a su país al que le impedían entrar "a pesar de no haber hecho nada". Aunque el aristócrata no pasó la primera eliminatoria, volvió a la competición gracias a los votos televisivos.