A Paul McCartney le picaba un gusanillo: cantarle una de sus composiciones, Michelle, a la primera dama de EEUU. El miércoles, sació sus ganas y, nada menos que en la Casa Blanca, donde pudo entonar a Michelle Obama ese triple I love you que se repite en la canción y bromear con que podía convertirse en la primera víctima de un puñetazo del presidente, Barack Obama.

Ni mucho menos. McCartney, que el próximo 18 de junio cumplirá 68 años, estaba en la Sala Este de la residencia presidencial para recibir el premio Gershwin de Canción Popular que entrega la Biblioteca del Congreso. Y el mandatario demostró no tener celos, sino admiración por el ex- Beatle, que acudió a la fiesta acompañado por su novia, Nancy Shevell y dejó bien claro que admira y apoya a Obama.

Estaba McCartney contento de recibir el premio, pero, sobre todo, de recibirlo del 44º presidente de EEUU. Lo dijo directamente y lo argumentó indirectamente, lanzando un dardo a su predecesor, George Bush: "Después de ocho años es fantástico tener un presidente que sabe qué es una biblioteca", dijo el ex-Beatle.

Hubo más toques políticos, como cuando McCartney aseguró al presidente que, en estos "momentos difíciles en un número de frentes, miles de millones le apoyamos". O cuando Obama tuvo un recuerdo para toda la gente del golfo de México, azotada por el vertido de BP.

La del miércoles era, no obstante, una celebración musical y fue de lujo, no ya solo por las propias interpretaciones de McCartney, tercer receptor del premio tras Paul Simon en el 2007 y Stevie Wonder el año pasado. En el concierto homenaje actuaron Wonder --que cantó We can work it out --; Herbie Hancock, que con Corinne Bailey Rae convirtió Blackbird en una balada; Elvis Costello, que volvió a Penny Lane, y Jack White, que versionó Mother Nature Son.

La fiesta concluyó con los músicos y la familia Obama en el escenario entonando con el homenajeado Hey Jude.