Desde que interpretó a Boby Sand (el miembro del IRA que murió en 1981 tras una huelga de hambre en una cárcel de Belfast) en 'Hunger', la carrera de Michael Fassbender se disparó. El actor, irlandés de origen alemán, recibió su primera nominación al Oscar en 2014 al dar vida a un negrero en '12 años de esclavitud'. La segunda le llegó este año encarnando al icono de la tecnología, Steve Jobs. Ahora, a sus 39 años, vuelve a meterse en la piel de Magneto en la franquicia de 'X-Men'. 'Apocalipsis' se sitúa en 1983 cuando el mutante más poderoso que ha existido nunca despierta después de miles de años y se encuentra con un mundo que no le gusta. Con la ayuda de Magneto intentará acabar con la humanidad y restablecer un nuevo orden mundial, pero tendrá que enfrentarse al Profesor X, Mística y un grupo de jóvenes mutantes que tratarán de detenerlo.

¿Qué tiene la franquicia de 'X Men' que le anime a regresar a ella por tercera vez?

Lo mejor de estos cómics y de las películas que han surgido de ellos es la historia, la de este grupo de personas que han sido rechazados por la sociedad y forzados a vivir al margen de ella. Creo que mucha gente se puede sentir identificada.

¿Usted, por ejemplo?

Sí, absolutamente. Los años de la pubertad pueden llegar a ser muy confusos y llenos de inseguridad. Yo tuve la suerte de refugiarme en la música, donde encontré mi hogar. El heavy metal me permitió dar rienda suelta a todas mis frustraciones y mis problemas. Más tarde, llegó la actuación y ahí logré acabar definitivamente con mis miedos y tensiones.

¿Qué ha significado volver a interpretar a Magneto y ser el veterano del grupo?

Siento un poco de melancolía al pensar que ya he pasado a la reserva (risas) y ver cómo los más jóvenes se sitúan en la primera fila. Han pasado seis años y las cosas han cambiado mucho. Me encanta volver a encontrarme con mis viejos amigos y compañeros porque a estas alturas somos ya una familia, pero también me ha gustado conocer a los que serán nuestros sucesores.

¿Era usted fan de los cómics?

No, confieso que ni de niño ni de adolescente leí muchos cómics. Lo que más me gustó cuando empecé a estudiar el personaje fue indagar su historia personal, cuando Erik conoce a Magda en el campo de concentración y luego se separan para más tarde volver a encontrarse, enamorarse y formar una familia que termina perdiendo cuando el pueblo quema su casa. Creo que eso es la clave para entender por qué se convierte en Magneto. Se me ocurrió que quizá fuera interesante verle en familia y de que el hecho de haber dejado atrás todos esos horrores le hiciera abandonar sus poderes para tratar de llevar una vida normal, tal vez trabajando en una fábrica metalúrgica. Se lo conté a Simon Kinberg (guionista) y le pareció buena idea incorporarlo.

Ahora está inmerso en el rodaje de 'Alien: Covenant'. ¿Cómo está siendo la experiencia de volver a trabajar con Ridley Scott tras su colaboración en 'Prometheus'?

Extraordinaria. Es impresionante verle trabajar con un equipo de gente tan grande, que habla distintos idiomas, con tantos decorados y departamentos. Es todo un maestro mezclando las últimas tecnologías con elementos más primitivos, como ya vimos en 'Blade Runner'. Trato de absorber lo más posible de sus conocimientos.

¿Qué nos puede contar de la película?

Nada. Es todo un secreto y el director me mataría. Lo único que puedo decir es que los decorados son magníficos y salen muchos alienígenas (risas). A la gente le va a entusiasmar.

¿Cuál es la clave de su éxito?

Trabajar duro y tomarse la profesión muy en serio. Además, es fundamental haber tenido la suerte de trabajar con los mejores.