La muerte de Michael Jackson fue declarada ayer oficialmente un homicidio por el instituto médico-legal de Los Angeles. La autopsia del rey del pop ha confirmado que murió por una intoxicación aguda del anestésico propofol. El informe oficial es un extracto de la autopsia realizada al artista y se incluyen como factores del fallecimiento de Jackson otros fármacos que tienen como principio básico la benzodiazepina, un compuesto empleado para tratar el insomnio y la ansiedad. Medicamentos como el propofol y el lorazepam fueron señalados como causantes de la parada cardiorrespiratoria del cantante, aunque también se detectaron restos de midazolam, diazepam, lidocaina y efedrina. Los resultados de la autopsia se mantendrán en secreto para uso interno de la investigación. Las autoridades siguen investigando a su médico personal, Conrad Murray.