Tras dos años de ausencia en París, Antonio Miró regresó ayer a la pasarela que le sirvió de trampolín con una colección primavera-verano 2009 de inspiración suramericana. Sus modelos sucedieron en los desfiles del prªt-à-porter masculino al depurado estilo presentado el sábado por Josep Abril para Armand Basi.

El reencuentro de Miró con París, donde el diseñador dice sentirse "más cómodo", estuvo lleno de luz y de color. Una declaración de amor al "hombre viajero", en la que combina guiños a la cultura inca.

Mientras Miró desfilaba en un lujoso hotel --el Saint James Albany-- de reminiscencias diplomáticas junto a la Tullerías, Basi eligió un contexto más rompedor: un garaje en el Marais, barrio viejo de ambiente joven.