Tranquilo, sereno, con la voz pausada, sin ira y muy recuperado físicamente. Así recibió ayer José Luis Moreno a un largo centenar de periodistas, a los que invitó a su chalet de Boadilla del Monte (Madrid) para contar los detalles del violento atraco que sufrió el 20 de diciembre. Delante de las cámaras, el productor desnudó su alma y reconoció que se sintió "violado" por los ladrones. "Entraron en mi cuarto y lo revolvieron todo. En ese tipo de situaciones, te sientes violado e impotente. Han hurgando en mi intimidad", afirmó.

Moreno --que todavía sufre mareos y quizá le tengan que operar de un ojo-- compareció ante la prensa en el salón de su mansión. El exventrílocuo se sentó en una silla detrás de la cual había una pintura de Sorolla y una pantalla donde mostró las fotos que los forenses del hospital le tomaron al ingresar.

Lo primero que quiso dejar muy claro fue que el ataque se debió exclusivamente a un robo. Nada de venganzas de supuestos enemigos profesionales que, a su juicio, no utilizan las palizas, sino que tienen "otras maneras" de hacer daño.

Lo que sí reconoció Moreno es que su mansión --ubicada en una finca que ocupa unos 5.000 metros cuadrados-- es un cuartel general muy transitado. El lujoso chalet sirve para todo. Desde para rodar escenas de algunas de las teleseries hasta para firmar contratos. Y todo el mundo, añadió, encuentra las puertas abiertas. "1.700 personas trabajan conmigo", dijo.

El responsable de series como Escenas de matrimonio y La que se avecina mostró su plena confianza en los 10 trabajadores que conforman el servicio de su chalet. Los ladrones encerraron a seis de ellos y después, se fueron hacia Moreno, que estaba esperando que le sirvieran la cena.

"Eran tres y estaban encapuchados. Conmigo no abrieron la boca. Yo vi que uno se acercaba con una pistola y pensé que era una broma. Luego ya me di cuenta de que no. Me enfrenté a ellos. Creo que lo hice por miedo. No sé cómo reaccionaría si me volviera a pasar. "Subieron a un cuarto donde tengo cajas fuertes, cogieron la pequeña y la reventaron. Es difícil calcular lo que se llevaron, pero puede estar en torno a los 300.000 euros", añadió.