La canadiense Nelly Furtado había coqueteado con el castellano en sus anteriores discos, en los que había colado algún verso en la lengua de Cervantes entre parrafadas en inglés. Tras sacar al mercado tres discos de estudio, Furtado se puso a componer un nuevo trabajo, pero le falló la inspiración. Empezó a pensar en sus padres (de origen portugués), saltó la chispa latina y comenzó a escribir canciones en castellano, idioma que domina desde los 14 años. Mi plan es el resultado del cambio del inglés al castellano, una lengua que le ha permitido "volar a otro nivel gracias a su riqueza y calidad".

Furtado presentó ayer en Madrid su nuevo trabajo, en el que han colaborado artistas como Julieta Venegas, Concha Buika, Mala Rodríguez y Alejandro Fernández. En tono apasionado, la canadiense explicó que Mi plan ha sido la vía perfecta para expresar su alma "más latina" y sus sentimientos "más románticos". Y desgarrados, le faltó decir. Basta echar un vistazo al vídeo de la canción Manos al aire .

La cantante no se corta al hablar de amor. Al menos, del que ella mantiene con su pareja, el técnico de sonido cubano Damacio Castellón. "Nuestro amor --comentó a una revista alemana-- es una lucha para ver quién es más fuerte y quién es más débil". La cantante de pop sintético también dejó claro que su amor es de tal magnitud que le encantaría tener un hijo con Damacio. Acostumbrada a que sus parientes portugueses tengan una prole de "seis o siete hijos", ella se siente una "completa extraterrestre" con una hija sola, la que tuvo hace seis años con su anterior pareja, Jasper Gahunia.

RODAR UNA PELICULA El amor y la música no son las únicas pasiones de la canadiense. También está enamorada del cine. Su extenso currículo --al menos el que aparece en la base internacional de datos imdb.com, considerada la biblia del sector-- incluye algunos cameos. Pero Furtado expresó su deseo de unirse a la lista de cantantes que se pasan sin complejos al mundo de la interpretación. La autora de Loose (2006) destacó que su sueño no cumplido --todavía, claro-- es el de protagonizar y producir una película, da igual que sea para la gran pantalla o para la pequeña. "Sería capaz, si hiciera falta, --aseguró a la publicación alemana-- de vestirme de gallina y cacarear. Todo con tal de cumplir mi objetivo".