Ona Carbonell ha querido dejar ayer dos cosas claras como el agua: "No estoy embarazada y mi retirada es solo temporal". La campeona de sincro ha sido la encargada de abrir, este jueves, el barril de la octava edición del Oktobertfest al grito del O zapftis! (Ya está abierto) en la carpa que ha transformado la plaza del Universo en una fiesta alemana de la cerveza hasta el próximo 13 de octubre.

"Fue una decisión muy meditada, con mi pareja, con mi familia y con mi entrenadora", aseguró sobre el anuncio que hizo el pasado 21 de septiembre de dejar la competición durante un tiempo. "Era el momento de priorizar otras cosas. La familia es lo primero y cuando ves que hay problemillas de salud tienes que considerar lo verdaderamente importante. Quiero disfrutar de la gente que quiero, de mi pareja con la que llevo 11 años y que solo me veía por las noches. Tenía muchas ganas de ir a los Juegos de Tokio el año que viene, pero estas cosas pasan. Por primera vez mi corazón sentía que me arrepentiría si no dejaba de entrenar ocho horas al día y de viajar todo el año para estar con la gente que quiero".

Ona, de 29 años, aludió también al reloj biológico. "Compaginar el deporte de élite con la vida personal no es sencillo y es verdad que con mi pareja Pablo Ibáñez podríamos haber esperado a después de los Juegos, pero bueno, las cosas van como van y queremos ser padres más pronto que tarde. Ojalá pueda volver a tope después de ser madre como han hecho 'cracks' como Serena Williams. También mi rival, la rusa Svetlana Romashina,es mayor que yo, ha sido madre, ha vuelto y está mejor que nunca. Y me sabe fatal pero tengo que renunciar a mis sueños deportivos".

Se está desenganchando del cloro, asegura. "Quiero ir paso a paso. Llevo un mes y medio fuera del agua. Disfrutando de esta etapa diferente. Sin que el reloj suene a las cinco de la mañana porque hay que ir a la piscina", ha explicado, risueña como siempre.

La nadadora ha estado unas semanas en Menorca, "he estado muy zen, desconectada de todo". Ahora está disfrutando de otras cosas, como ir a la peluquería y poder cortarse el pelo como a ella le gusta. "Por ejemplo este fin de semana voy a ir a la boda de un primo mío y me hace mucha ilusión porque tampoco he podido ir a muchas celebraciones familiares en todos estos años. Sé que suena raro pero es así" .

Quiere aprovechar la ganadora de 23 medallas para seguir alertando sobre causas que le tocan como la defensa y la limpieza de nuestros mares. "El problema es real. Y mira, estamos en octubre y mira qué temperaturas". Pero también ocuparse de cosas mundanas, "como cuidar también de los perros que adoptamos, que ha sido mi chico el que ha estado por ellos".