El semanario 'Tiempo' publica este viernes un amplio reportaje sobre Corinna, que lleva a su portada con el título de 'El otro amigo de Corina'. La imagen muestra a la "amiga entrañable" del Rey con un empresario brasileño, Marcelo Carvalho de Andrade, al que visitó en Río de Janeiro el pasado 26 de abril, después de que Juan Carlos sufriera una caída durante su polémico viaje a Botsuana.

La princesa alemana utilizó un pasaporte diplomático para sus viajes, aunque no el español, según publica la revista del Grupo Zeta.

Las fotos, del reportero Antonio Montero, muestran a Corinna paseando con Carvalho de Andrade, en una cafetería y en un Range Rover. En ninguna de las imágenes, dice la revista, se ve a Corinna abatida o preocupada por la vorágina mediática levantada tras conocerse "el final de las vacaciones en Botsuana, que la obligaron a salir de España nada más producirse el ingreso hospitalario del Monarca".

El mismo día que Corinna viajó a Río el Rey era operado por segunda vez debido a una luxación en la zona afectada (la cadera).

Estancia de lujo

La 'princesa' alemana se alojó durante una semana en el Hotel Copacabana Palace, a los pies de la más famosa playa carioca y donde una 'suite' cuesta 1.000 euros la noche.

Según publica la revista, en toda su estancia en Brasil, fuera del hotel solo estuvo acompañada por el empresario. Carvalho de Andrade fundó en 1985 la ONG francobrasileña Pro-Natura, que tiene presencia en 36 países. Además, según el reportaje, también fue cofundador de Terra Capital Group, Axial Bank y Eco Carbon. También ha sido consultor de Shell International y hoy en día es responsable de desarrollo de negocios en Latinoamérica para Earth Capital Partners, entre otros cargos.

El empresario no ha querido especificar a 'Tiempo' el motivo del viaje de Corinna. Pero durante aquella estancia fue su "perfecto anfitrión". Utilizaron al menos en tres ocasiones un Range Rover V8 para visitar el centro educacional Sagrado Coraçao. También la fue a buscar al hotel, comieron y cenaron juntos y hasta recalaron en la pizzería de moda de la ciudad. El resto del tiempo Corinna lo pasó en el hotel, donde incluso realizó algunas compras, y acudió cada mañana al gimnasio.