Siempre se ha dicho que los progenitores harían cualquier cosa por sus hijos. Literalmente. Un padre es capaz de acercarse a un coche en llamas, a punto de explotar, para rescatar a su hijo. Esto mismo sucedió el pasado 16 de junio en el circuito de South Boston, Virginia.

El piloto de carreras Mike Jones perdió el control de su coche y sufrió un aparatoso accidente. El vehículo empezó a arder y su padre, Dean Jones, no dudó ni un momento en saltar a la pista. Un acto reflejo. Se metió por la ventanilla del conductor para desabrochar a su hijo, que tenía serios problemas para abandonar un coche envuelto de fuego. Estuvo 15 largos y angustiosos segundos en el interior.

A los pocos segundos aparecen otras personas con extintores, bastante más prudentes, guardando las distancias. El peligro es evidente. Con la ayuda de su padre, el piloto consiguió salir del vehículo a tiempo. Según los expertos, el piloto tuvo suerte de que el compartimento del motor contuviera el fuego. Si se hubiera extendido a la cabina, el final habría sido bien distinto.

Aunque parezca increíble, la gesta del padre podría venir acompañada de una penalización por parte de la organización, NASCAR. Y es que podría perder el permiso para estar en las pistas por acudir al rescate de su hijo en bermudas, según informa 'Daily Mail'. "Nadie, excepto el dulce niño Jesús, me habría impedido liberar a mi hijo de un auto de carreras en llamas", ha respondido el heróico progenitor.

Casualidades de la vida, el incidente tuvo lugar la víspera de la celebración del Día del Padre en Estados Unidos, una fiesta que se celebra todos los años el tercer domingo de Junio. Ironías de la vida, NASCAR, la misma competición que penalizará al Dean Jones por saltar a la pista sin una "vestimenta adecuada", también rindió homenaje a los padres en sus redes sociales: