Marina Cicogna, hija del conde Giuseppe Volpi, creador del festival de cine de Venecia, se codeó con la crema del séptimo arte en los años dorados de Hollywood. Productora y fotógrafa, fue testimonio privilegiado de la dolce vita de la intelectualidad europea y de las grandes figuras de la década de los 60. Las imágenes que captó mostrando el lado más íntimo de las estrellas cinematográficas se exponen en París bajo el título Snap shots .

Las fotografías pueden verse --y también comprarse a 1.500 euros la pieza-- en La Galerie du Passage hasta el 31 de julio. Cada una va acompañada de comentarios de la autora escritos a mano. La imagen de dos jóvenes dandis llamados Bernardo Bertolucci y Pier Paolo Pasolini la rubrica con el siguiente comentario: "No necesitaban vestirse como vagabundos para afirmar su revuelta". "Los príncipes de Lieja, jóvenes, guapos y un poco desamparados", escribe de Alberto y Paola de Bélgica. Cicogna captó a Brigitte Bardot en shorts y sin maquillaje, a un relajado Yul Brynner con la calva cubierta por la cabellera de su esposa, y a una juguetona Audrey Hepburn.

La melancólica elegancia de Silvana Mangano tampoco logró escapar a su objetivo. "Le gustaba reír pero no encontraba a menudo razones para hacerlo", relata Cicogna, que ofrece también una imagen poco convencional de Liz Taylor: "Era conocida como la mujer más bella. Ella no lo veía así, y justificaba sus retrasos diciendo: ´Dedico horas a prepararme para estar a la altura´".

Desprendidas de todo glamur, Greta Garbo y Maria Callas aparecen en bañador en el yate Christina , propiedad del magnate Onassis. De la primera dice que "era una mujer sin pretensión, educada y muy divertida". De la segunda, que "era una mujer burguesa con una esperanza: el gran amor al que sacrificó su carrera".