Si los rumores de crisis matrimonial del patrón de la Fórmula 1 se confirman, el de Bernie Ecclestone puede convertirse en uno de los divorcios más caros de la historia en el Reino Unido. Recientemente, mientras el multimillonario presenciaba en Sao Paulo el triunfo de Lewis Hamilton, su esposa, Slavica, aprovechaba el gran premio para hacer las maletas. La dama ha dejado la mansión familiar en el barrio de Chelsea para irse a vivir al apartamento del novio de su hija Petra. "No sé si quiere el divorcio", ha dicho Ecclestone, quien prefiere achacar la marcha de casa de su mujer a las molestias que están causando los albañiles en la renovación de la vivienda de al lado. "Hay unas obras junto a nuestra casa y resulta imposible vivir en ella. No se puede soportar el ruido", ha declarado el magnate. Si finalmente la taladradora y los martillazos no son la causa del abandono del hogar conyugal, el multimillonario puede hallarse en graves apuros.

28 AÑOS DE DIFERENCIA La fortuna de Ecclestone, que dispone de su propio avión Falcon, de un yate y de diversas propiedades en Inglaterra y Suiza, ascendería a 2.900 millones de euros y la mayor parte se hallaría en una fundación, controlada por su esposa, con sede social en el paraíso fiscal de Jersey.

Slavica es croata y no figura como domiciliada en el Reino Unido a fines fiscales, lo que explica que Ecclestone pusiera en 1999 el dinero a su nombre para ahorrar mucho en impuestos. La pareja ha sido un matrimonio poco convencional, les separa una diferencia de edad de 28 años y no pocos centímetros de altura. Ella altísima, antigua modelo de Armani, es a los 50 años todo glamur. El, bajito, con rostro y hechuras poco agraciadas, tiene 78 años y dejó la escuela a los 16 para trabajar en una compañía de gas. Su fabulosa fortuna la consiguió gracias a los derechos de televisión de las carreras del gran premio de automovilismo y a otras lucrativas operaciones comerciales.