Paul McCartney ha decidido poner paz en uno de los frentes que tiene abiertos. Mientras la fiscalía de Berlín continúa investigándole por haber falsificado, supuestamente, unas pruebas de paternidad hace 23 años, el exbeatle ha firmado una tregua con Heather Mills (ambos, en la foto) en su tensa batalla por el divorcio por el bien de su hija, Bea, de 3 años, que estaba sufriendo las consecuencias emocionales, según informó ayer el News of the World.

El periódico, que muestra unas fotografías en las que Heather Mills se despide sonriente del músico y la hija de ambos tras un encuentro familiar, asegura que han llegado a un acuerdo para llevarse bien y facilitar así los trámites de divorcio. El pacto incluye el compromiso del artista de llegar a un arreglo económico para el año próximo, mientras que ella se compromete a no llevarse a la niña a Estados Unidos.