Los peritos del equipo de reconstrucción de accidentes de tráfico (ERAT) de la Guardia Civil han ratificado que el torero Ortega Cano circulaba en el momento de la colisión con Carlos Parra a una velocidad de 125 kilómetros por hora, y que sufrió una distracción motivada probablemente por la ingesta de alcohol. El torero invadió el carril contrario durante unos 60 metros --1,77segundos antes-- y la victima, que circulaba a unos 50 kilometros por hora, intentó pero no pudo evitar el impacto.Al inicio de la quinta sesión del juicio, los peritos han descartado de forma rotunda que, como sostiene, el diestro hubiera sufrido un desvanecimiento que causase el accidente, dada la trayectoria post colisión que evidencia que hubo una "acción sostenida sobre el volante". Los expertos emplearon varios programas de simulación de accidentes, probados con casos reales, que confirma que por los daños sufridos fue el torero quien provocó el accidente al invadir "plenamente" el carril contrario y que los cálculos "no dejan dudas" sobre la velocidad del impacto.

En su informe, los peritos explican cómo el diestro circuló por la curva previa al lugar el del accidente por su carril y que "debido a una distracción, invadió el carril contrario". Ambos conductores, según indicaron, pudieron percibirse, e incluso Carlos Parra intentó girar el coche hacia la derecha para evitar el impacto, pero no lo logró.

Tras los expertos de la Guardia Civil, la defensa presentará su propio informe que señala que el torero circulaba a la velocidad adecuada a la vía y que aunque intentó frenar no pudo evitar la colisión.