Alemania se despertó ayer con un montón de rumores alrededor de una de las mejores anécdotas en la vida de Michael Schumacher, que hace unos días le pidió a un taxista que le dejase conducir su coche al temer perder el avión. El taxista, un alemán de origen turco llamado Tuncer Yilmaz, no tardó ni un día en contarle a todo el mundo que el heptacampeón del mundo de Fórmula 1 había pilotado su taxi y que "hizo unos adelantamientos increíbles y trazó unas curvas con enorme seguridad, pero muy deprisa".

Los rumores, difundidos ayer por el popular Bild , que citaba a un periódico regional próximo a la localidad de Coburg, donde estaba el pequeño aeropuerto en el que embarcó toda la familia de Schumi , papá, mamá Corinna y sus dos hijos, Gina Maria, de 10 años, y Mick, de 8, explicaban que la policía podría sancionar al taxista "por conducción temeraria" y por poner en peligro "la vida de dos niños".

Cuando le comentaron esa posibilidad a Willi Weber, el mánager de Schumacher, mostró su extrañeza y dijo que le parecía "increíble e irrisorio" que pudiesen multar y sancionar al bueno de Yilmaz, "un profesional que lo único que hizo fue ayudar a Michael y pasárselo en grande". Weber recordó que Schumacher le dio 100 euros de propina al taxista, en compensación por las posibles molestias.