Los príncipes de Asturias y los ocho nietos de los Reyes recibirán 70.000 euros cada uno de la inesperada herencia que el empresario menorquín Juan Ignacio Balada les dejó a su muerte, el pasado 18 de noviembre. A esta cantidad habrá que sumar más adelante el conjunto de bienes inmuebles del legado, que permanece sin distribuir hasta que no se efectúe su venta. En el testamento, el empresario divide su fortuna en dos mitades: una para los Príncipes y los nietos de los Reyes y la otra para que la Corona cree una fundación para asuntos de interés general.

La herencia de Balada, que inicialmente fue tasada por algunos medios de comunicación en unos 30 millones de euros, asciende en realidad a 10,6 millones, según informó ayer la Casa del Rey. Una vez restados los gastos y las deudas, la cantidad neta a repartir al 50% entre los 10 miembros de la familia real y la fundación es de 9,8 millones. De esta manera, y tras pagar el impuesto de sucesiones en Baleares (unos 3,3 millones), Felipe, Letizia y los ocho niños percibirán 70.000 euros cada uno.

Los príncipes de Asturias, a quienes corresponden 140.000 euros, han decidido entregar su parte a la Fundación para personas discapacitadas de la isla de Menorca, con la que ya han hablado para iniciar un proyecto que llevará el nombre de Balada, y al apoyo a los jóvenes, mediante becas de inserción en el mundo laboral y formación profesional.

La partida que heredan los ocho nietos de los Reyes (Froilán, Victoria Federica, Juan, Pablo, Miguel, Irene, Leonor y Sofía), al ser menores de edad será administrada por sus padres hasta que cumplan 18 años. Ni los Príncipes, ni la infanta Elena y Jaime de Marichalar, y tampoco los duques de Palma pueden ceder, regalar o donar la parte que corresponde a sus respectivos hijos, sin autorización judicial, por lo que se esperará a que los menores cumplan la mayoría de edad y decidan.

Por expreso deseo de Balada, al que no conocía nadie de la familia real, la mitad de la herencia se destina a crear la fundación de ámbito nacional y de interés general, que se constituye con un patrimonio de unos cuatro millones de euros, a lo que habrá que añadir el 50% del valor de la venta de los bienes inmuebles cuando esta se efectúe. Además de apoyar a los jóvenes, la entidad se dedicará también a promover proyectos de carácter social y al fomento de la cultura.

En cuanto a los bienes inmuebles de la herencia, tasados en 1,83 millones de euros, permanece sin distribuir entre los herederos y la nueva fundación hasta su venta, según la Casa del Rey, aunque precisa que "se respetarán en sus derechos a los actuales arrendatarios". Son ocho los arrendatarios de los diferentes bienes inmuebles: uno de ellos, en un local comercial destinado a cafetería, y los otros siete como inquilinos de pisos de renta antigua, sin contrato escrito y con un alquiler mensual reducido, que están acogidos a la ley de arrendamientos de 1964. Existe asimismo una finca rústica, proindiviso con otros propietarios, cuyas instalaciones utilizan terceras personas.