La herencia que el empresario menorquín Juan Ignacio Balada Llabrés dejó a los príncipes de Asturias y a los nietos de los Reyes asciende a 9.832.995,42 euros netos, restados gastos y deudas, según ha informado hoy la Casa del Rey. Tras el pago de impuestos y teniendo en cuenta que el 50% de esa cantidad es para crear una fundación, los herederos recibirán cada uno 70.000 euros netos. Felipe y Letizia ya han anunciado que destinarán su parte a la Fundación para Personas Discapacitadas de Menorca.

Según el testamento del multimillonario menorquín, que falleció en Ciutadella el pasado 18 de noviembre, un 50% de esta herencia será para repartir a partes iguales entre los Príncipes y los ocho nietos y el otro 50% será para que Felipe cree una fundación benéfica de ámbito nacional y de interés general. Esta fundación tendrá pues un patrimonio fundacional cercano a los cuatro millones de euros.

3,3 millones de impuestos

Tras pagar el impuesto de sucesiones a la comunidad autónoma de Baleares (estimado en un total de 3,3 millones de euros), los Príncipes y los ocho nietos de los Reyes percibirán en torno a 70.000 euros netos cada uno.

Los Príncipes destinarán los 140.000 euros que les corresponden a la Fundación para Personas Discapacitadas de Menorca y la parte destinada a los ocho nietos de los Reyes será administrada por sus padres hasta la mayoría de edad.

Fundación dedicada a la juventud

Respecto al deseo del empresario de que el 50% de su herencia se dedicase a crear una fundación que abordara asuntos de interés general, fuentes de la Casa del Rey han explicado que Felipe y Letizia la dedicarán a formación de la juventud, promoción de proyectos sociales y fomento de la cultura.

Quien sí se beneficiará de la herencia será el Gobierno balear, ya que el impuesto de sucesiones obliga a entregar entre el 34 y el 68% del legado siempre que este supere los 800.000 euros. En este caso es así y al no existir parentesco entre el propietario de la fortuna y los herederos, el porcentaje a tributar es más alto, por lo que llega al 68%.

Soltero y monárquico

Balada, único hijo del empresario Ramón Balada y de la farmacéutica Catalina Llabrés, heredó de sus padres gran cantidad de propiedades inmobiliarias y terrenos que con el tiempo multiplicó a base de inversiones especulativas.

El empresario, de fuertes convicciones monárquicas, fue soltero toda su vida y no dejó descendencia. Las dos únicas familiares directas, sus primas María del Carmen y María del Pilar Arregui Llabrés han sido excluidas del testamento, aunque la propiedad de algunas posesiones de Balada es compartida con ellas.