Si Alberto Palatchi Bienveniste, el fundador de Pronovias, levantara la cabeza, no daría crédito a lo que verían sus ojos: un edificio de siete plantas solo para las creaciones de la marca. Y en el corazón de Manhattan, en Nueva York, en la capital del mundo. En la calle 52, entre la Quinta Avenida y Madison Avenue. Pero la apertura de esta tienda de 2.300 metros cuadrados, la más grande de la marca, era un paso lógico en la evolución de la firma, con un indiscutible liderato en el sector de los trajes de boda.

Lo demostró la noche del jueves con una fiesta de inauguración benéfica a la que acudieron la crema de las jóvenes casaderas estadounidenses, con las hijas de más famosas a la cabeza: Dominica Scorsese (hija de Martin Scorsese), Sophie Auster (del escritor Paul Auster), Alexandra Richards (del stone Keith Richards), Dylan Lauren (del modisto Ralph Lauren), Dominique Garcia (del actor Andy Garcia), Rainey Qualley (de la actriz Andie McDowell), Ivanka Trump (de Donald Trump), Helen Rockefeller... Tampoco faltaron las top Karolina Kurkova, Petra Nemcova, Eugenia Silva, Ariadne Artiles y Susan Hoëcke (novia de Jude Law).

"Es un reto supremo en el que hemos puesto lo mejor de la casa", dijo el dueño de Pronovias, Alberto Palatchi Rivera, excitado ante una apuesta de magnitudes galácticas: levantar la tienda ha requerido una inversión de 22,6 millones de euros y sus 35 dependientes pueden atender a casi 400 clientes diarios. Y no cerrarán ni los domingos.

"Ese golpe de audacia" del que tan orgulloso se siente Palatchi, cuenta con dos aliados imbatibles. El establecimiento es espectacular. No hay ninguno en el mundo como este, y eso que Pronovias tiene más de 4.000 puntos de venta. Nada se ha dejado al azar para crear una atmósfera exclusiva. Los muebles se han traído de España y la escalera de caracol y la fachada de Italia.

La otra baza, lógicamente, es el producto. En el edificio de Nueva York está toda la producción de Pronovias, dirigida por Manuel Mota. Los vestidos se cuentan por cientos. Aquí verán la luz por primera vez antes que en ninguna otra tienda.