El idilio del coreógrafo y bailarín Rafael Amargo con Barcelona se afianza. El creador que hace años homenajeó a la ciudad con Enramblao ha fijado su residencia en un ático en el centro de Barcelona tras su ruptura con Yolanda Jiménez, bailarina de su compañía que le ha dado dos hijos, que siguen en Madrid con la madre. Amargo inicia una nueva vida. "Me puse muy en forma para salir desnudo en Interviú pero ya lo he dejado. Me falta disciplina. Soy una persona muy dispersa pero muy obsesiva. Funciono a base de ponerme metas, por eso estoy metido en tantas cosas. De lo contrario, bajo a los infiernos", confiesa. "En Barcelona hay menos vida social que en Madrid. Eso me ayuda a concentrarme más", dice.

Ayer presentó otra de las razones que le ha llevado a vivir en Barcelona: asumir la dirección artística de la nueva Compañía Flamenca de Cataluña. "Haremos primero unos talleres y de ahí saldrán los bailarines", explica Amargo, que piensa participar en el primer espectáculo, Miroterráneo, con coreografía de Rubén Olmo.

Amargo no ha venido solo a Barcelona. "Ultimamente estoy con La Lirio y estoy encantado", dice respecto a Vanesa Gálvez, primera bailarina de su compañía e "íntima de mi ex ", dice feliz. Su ex también ha aparecido desnuda en algunas publicaciones. ¿Hacían algún tipo de competición? "Fue pura coincidencia. Aunque a veces pienso que quiere darme celos. Son artimañas de mujer. Mira que tuvo tiempo para lucirse. Ahora ya es tarde", sentencia.

Amargo sigue adelante, mientras, con su primer espectáculo en solitario, Solo y Amargo. "Es un homenaje a la tristeza: ¡Viva la melancolía!", lanza el creador.