Un piano presidía el salón de Luciano Pavarotti en su mansión de Módena. Sobre el piano, las fotografías familiares del tenor, retratos con sus padres y sus tres hijos. Ese piano domina la exposición inaugurada ayer en el museo Vittoriano de Roma para recordar la figura del tenor fallecido hace un año. Bajo el título Pavarotti, el hombre que emocionó al mundo, la muestra, promovida por su viuda, Nicoletta Mantovani, traza un retrato no solo del artista, sino también de su faceta más íntima y cotidiana. "La idea era que el público pudiese descubrir su aspecto humano, su vida cotidiana, sus pasiones, su amor por el deporte, la cocina, los caballos y la pintura", explicó Mantovani. La muestra incluye desde los coloridos cuadros que pintaba Pavarotti hasta objetos personales como sus agendas --donde puntuaba con una nota sus actuaciones--, su gorro de cocina, sus botas de montar a caballo, sus sombreros panamás y la camiseta de su equipo de fútbol, el Juventus de Turín, con su nombre.

La segunda parte de la exposición se centra en el legado musical. La colección de trajes que lució en los mil y un escenarios que recorrió y los conciertos benéficos Pavarotti and friends, que se emiten en pantallas gigantes, recuerdan la relevancia de su figura.

En la misma sala, cientos de fotografías muestran a algunos de sus compañeros, desde Plácido Domingo y Josep Carreras hasta Sting, que el pasado fin de semana organizaron un recital conmemorativo en Petra, en Jordania.