Aún hay quien confunde a Pastora Vega con Pasión Vega. O con Pastora Soler. Todo un galimatías de sobrenombres y apellidos al que ahora se suma la irrupción mediática de Sara Vega, hermana pequeña de Paz Vega. Y lo hace cantando, con un disco producido por Alejandro Sanz cuyo título es una declaración de principios: Sangre revuelta. El arte ya corría a raudales por la familia de esta veinteañera sevillana (no quiere decir su edad) mucho antes de que su hermana se convirtiera en actriz internacional. Su abuelo era tan carismático que Paco Rabal se inspiró en él para crear el personaje de la serie Juncal. Su padre es el torero Manuel Campos. "Hace mucho que está retirado, gracias a Dios, porque de niña lo pasaba muy mal viéndolo expuesto", confiesa Sara. Tampoco ella es ninguna recién llegada. "Llevo bailando y cantando desde chica, pero el teatro no es como la tele o los discos, que pueden darte fama inmediata". Debutó con solo nueve años. Recorrió medio mundo bailando en teatros sin dejar de cantar en pequeños clubs para verse, de repente, en inmensas plazas como invitada de Sanz. "Mi hermana le pasó una maqueta en que yo cantaba y a él no le gustó nada". Bueno, no le gustaron las canciones, pero le encantó la voz. Tanto, que convenció a una pléyade de autores cubanos para hacerle un repertorio que él mismo ha producido. En una canción hasta cantan a dúo, y la canaria Rosana le ha compuesto otra.