El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, sacó tiempo hoy en su visita oficial a la India para acercarse a la ciudad de Agra (norte) y visitar el mausoleo Taj Mahal, aunque para decepción de los fotógrafos lo hizo sin su novia, la cantante Carla Bruni, según la agencia india de noticias PTI. La ausencia de Bruni puso así fin a la intensa especulación que ha vivido la India estos días, acerca de si la novia de Sarkozy aparecería para visitar el monumento al amor pese a no formar parte de la delegación oficial francesa.

La propia Bruni había descartado hace unos días que fuera a acompañar a Sarkozy durante el viaje, para alivio de los encargados indios del protocolo, que no se habían enfrentado antes a una visita de un jefe del Estado acompañado de su novia. El anuncio de Bruni, sin embargo, no convenció a muchos periodistas, que esperaron hasta el último momento una aparición relámpago de la cantante, convertida pese a su ausencia en el eje de la visita del presidente francés.

Según informó la agencia india PTI, Sarkozy partió a Agra poco después de asistir como invitado de honor al desfile indio del Día de la República, y tuvo ocasión de contemplar la magnificencia del Taj Mahal, considerado el monumento "más bello" al amor jamás levantado. El mausoleo fue cerrado al público entre mediodía y las tres de la tarde, las tiendas tuvieron que echar el candado y los turistas fueron obligados a abandonar el recinto.

Las autoridades habían ordenado intensificar la seguridad en los puntos sensibles cercanos al monumento, definido por el escritor Rabindranath Tagore como "una lágrima en la mejilla del tiempo". El Taj Mahal fue construido entre 1632 y 1648 por el emperador mogol Sha Jahan, en honor de su esposa favorita, Mumtaz Mahan, quien falleció al dar a luz.

Apresado años más tarde en una fortaleza cercana, Jahan pasó el resto de sus días contemplando la belleza inmaculada del mausoleo, en el que trabajaron 20.000 obreros, hasta que, ya a su muerte, sus restos fueron depositados junto a Mumtaz en el interior. Con esta historia, los guías del complejo no se cansan de repetir que el Taj es el más bello monumento al amor, aunque Sarkozy y Bruni tendrán que esperar una mejor ocasión para disfrutarlo juntos.