El 18 de marzo de 1995, la infanta Elena y Jaime de Marichalar se casaron en la catedral de Sevilla. Fue la primera boda real en España desde hacía 89 años y la capital andaluza se engalanó para el acontecimiento con estandartes, banderolas color carmesí y tapices con el pendón de Sevilla. Unos 4.000 policías velaron por la seguridad de los 1.300 invitados, entre los que había miembros de 38 casas reales. Elena llegó del brazo de su padre con un vestido diseñado por Petro Valverde. El Rey no pudo ocultar su emoción: era el primero de sus vástagos que se casaba y, además, su hija preferida, la más Borbón de los tres. La anécdota de la boda la protagonizó Elena, al olvidarse de pedir la venia real antes de dar el sí quiero. Los novios pasearon en una calesa del siglo XVIII guiada por seis caballos cartujanos.