El paseo marítimo de Barcelona vivió ayer por la tarde una revolución en toda regla cuando la cantante colombiana Shakira se enfundó unos patines y unas rodilleras y, como una turista más, incluidos unos vistosos auriculares de un reproductor de música, recorrió el tramo que va desde el Hotel W (conocido como Vela) hasta el paseo.

La secuencia, retratada con todo detalle por el fotógrafo Jaume de Laiguana, con el que la artista ha trabajado ya en las películas de Gipsy y No, formará parte de un videoclip que Shakira rueda estos días para el lanzamiento de su próximo disco, titulado Sale el sol, y que saldrá a la venta el próximo 2 de noviembre.

Rodeada de cientos de curiosos que iban siguiendo cada uno de sus pasos, además de un equipo técnico de ocho personas y un guardaespaldas, la colombiana se dio un baño de masas en las playas barcelonesas. Y eso que durante los primeros minutos apenas fue reconocida por la gente. Pero poco duró la calma. Pese a la que se acabó montando, la cantante no perdió la sonrisa en ningún momento. Aunque se encontraba trabajando, Shakira se dejó fotografiar por los admiradores, firmó autógrafos, aceptó el donut que le regaló uno de los vendedores habituales de la playa (incluso se puso a bailar con él) y no se resistió al mojito que le ofrecieron en uno de los chiringuitos.

EN HARLEY Alrededor de las ocho de la tarde, y cuando ya había concluido la secuencia en el paseo marítimo barcelonés, Shakira se agarró a la cintura de un motorista de chaleco de cuero y brazos tatuados, y subió a lomos de una Harley-Davidson. Y lo hizo sin casco, porque así es como su melena rubia queda mejor en pantalla. Seguida por una caravana de cuatro motos más, la cantante recorrió el paseo Joan de Borbó mientras un cámara, también motorizado, seguía todos sus movimientos.

En un semáforo, la comitiva se detuvo, lo que hizo que una decena de transeúntes también se parasen, atónitos: tenían a la estrella a dos metros. Gritaron su nombre y ella respondió con sonrisas y un cariñoso saludo.

Como en el caso de las imágenes filmadas en el paseo marítimo, el rodaje del videoclip no implicó el corte de tráfico ni se acordonó la zona para evitar la presencia de los viandantes.

Aunque el rodaje fue abierto al público, el secreto ha rodeado su preparación. Shakira ha pasado sus vacaciones entre Ibiza y Formentera en compañía de su novio, Antonio de la Rúa, y nada dijo de su próximo trabajo en Barcelona. La única noticia apareció en el Twitter de una de sus coreógrafas: "En Barcelona, trabajando en el nuevo vídeo de Shakira", escribió el 12 de agosto la creadora de los bailes del Waka Waka y She wolf, que añadió anteayer: "Terminé hoy los ensayos con Shakira a las 2 de la madrugada. ¡Estoy hecha polvo! Ella realmente trabaja duro para complacer a sus fans, y yo respeto su compromiso". Desde entonces, no ha trascendido más información. El celo llega hasta el punto de que algunos miembros del equipo técnico no sa- bían qué trabajo iban a realizar.

HABITUAL EN LA CIUDAD Esta ya es la segunda vez en un año que la cantante aterriza en Barcelona. Y no será la última, ya que el 24 de noviembre tiene una cita para presentar el disco Sale el sol. A Shakira, que en realidad se llama Isabel Mebarak Ripoll, le gusta la ciudad porque así puede "conectar la parte catalana" que recuerda su apellido materno. Además, la cantante cuenta en Barcelona con amigos con los que, como hizo cuando estuvo en febrero, se suele reunir en una coctelería del casco viejo.